Desde hace unos años se viene diciendo que los alimentos fritos son tóxicos y aumentan el nivel de colesterol en la sangre. Sin embargo, la cocina andaluza ha demostrado tradicionalmente que los pescados fritos no sólo no son tóxicos sino que además son muy digeribles. Como se suele freír con aceite de oliva en la zona de Andalucía, hay que recordar que este aceite impregna de grasa los alimentos en menor cantidad que otras grasas. Esto se pone de manifiesto en los populares envoltorios de papel en los que se sirven pescaditos como los salmonetes y los chanquetes, que no dejan nunca huella en el papel que los envuelve. Los pescados fritos en aceite de oliva quedan con una capa protectora que les hace conservar su sabor marino y sus propiedades. El complemento perfecto para un plato de pescadito frito es un buen vino de Jerez.