El claxon a modo de ¿timbre?
Madrid nunca duerme, por ello a veces descansar se torna casi en una misión imposible.
Si al ritmo aceleradoa de la ciudadb, le sumas la mala educaciónc de tus vecinos y algunas de sus prácticasd más molestas, puedes volverte completamente loca, sobretodo en verano, cuando todas las ventanas están abiertas de par en par y el ruido de la calle se percibe con más claridad que nunca.
Entre mis vecinose, aparte de poner la música para todo el barrio, hablarse a gritos de ventana a ventana o pegar portazos que asustan a cualquiera que ande desprevenido, últimamente se estila una nueva modalidad de comunicación entre ciertos sujetos cuyo uso sirve, sobre todo, para avisar de su presencia a esa persona con la que han quedado y aún no ha bajado de casa: el maldito claxon de los coches.
Así, cada vez que un coche entra en la calle, comienza a pitar desesperadamente hasta que la otra parte interesada se asoma y le grita que ya baja o directamente se presenta en el punto de encuentro.
Lo mejor de todo es que parece ser un método sin restricciones, válido para cualquier horario: Y es que da lo mismo que sean las tres de la tarde, que las diez de la mañana o, peor aún, las tres y pico de la madrugada.
Debe ser que, aparte de desconocer la existencia del timbre, no han descubierto aún la socorrida llamada perdida al móvil, que normalmente tiene el mismo significado: “ya he llegado” (a donde sea).
Disponible en: <http://es-para.blogspot.com.br/2009/08/ el-claxon-modo-de-timbre>. html. Acceso en: 24 jun. 2012. Adaptado.